"24 HORAS" - SENSACIONES REDACTADAS



Abro los ojos antes de que suene el reloj, un pequeño sonido me despierta, es sutil pero insistente – Son las gotas de lluvia deslizándose en mi ventana, las que me traen un recuerdo del pasado – Las olas rozando mi tabla.

Luego del desayuno, no lo pienso mas, agarro el traje, la tabla y recorro la Costa como hace mucho tiempo atrás.

A lo lejos diviso algo inusual, mi mente no lo recuerda y aunque de la naturaleza no viene se mimetiza con el lugar.
La curiosidad es mas potente y me hace querer llegar, entre juncos y árboles encuentro algo que es muy particular.

Ingreso al recinto, la cubierta me alberga, el sonido de la lluvia, aun aquí: que no es dentro ni tampoco fuera, se hace sentir, pero a mi piel, no la moja.

Así, escuchando la melodía del mar, entre telas opacas me voy deshaciendo  de mi ropa, la deposito  en un cubículo, lo cierro y encierro allí mi rutina. 

El traje de neopreno me envuelve y mi tabla no se despega de mi solo girando y aún dentro, me quedo unos segundos observando al infinito.
Un perro pasa, y un pescador recoge su caña, pero lo unico que siento es la lluvia, el mar y las olas que hablan en su propio idioma, mi idioma.

Mis pies tocan la arena y de a poco el nivel del agua sube por mi cuerpo.  No se cuanto tiempo transcurrió, no se si me subí a una ola o a dos. Es un rayo de sol el que me saca del trance.

El hambre se apodera de mi y las personas invadieron la playa, un olor exquisito a choco y a carne asada me hacen regresar al mismo lugar.  Donde antes la lluvia golpeaba, ahora el sol ingresa y genera de cada punto un lugar especial.
La música de fondo alegra a los que pasan, a los que observan y a los que permanecen.

Sin perder mas tiempo, luego del descanso, dejo que el mundo siga mientras me hundo una vez mas.

El sol ya cayó y los destellos se invirtieron, desde el recinto, atraviesan esa capa que hoy me cubría , la música aumentó, creo que algunos, se piensan quedar. Pues no hay hora para surfear .

Me ducho, me pongo la rutina encima y emprendo viaje. 
No lo conocía, pero ahora se, que en el momento mas loco y remoto que un recuerdo me incite a surfear, me va a albergar.   

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